Sigo contando sobre mi viaje de empalmada que hice después de haber estado en España, de la misma haber volado hacia Las Vegas, y el mismo viernes que regresaba a Miami de mi viaje, haber tomado rumbo a Nueva Orleans para el Mardi Gras, el carnaval más depravado que hay en los Estados Unidos. Lo cierto es que el escenario es el lugar ideal, sobre todo después del Katrina, ya que el ambiente que se ha quedado es bastante decadente. Lo único a lo que le lavaron la cara fue al French Quarter, ya que de ahí, la ciudad se ve como hecha pedazos. De hecho, hasta negocio han sacado al comercializar el "Devastation Tour", un paseo por la miseria y la destrucción más absolutas. Pero tampoco hacía falta irse muy lejos, ya que el mismo hostal en el que estábamos (que se encontraba a 10 minutos a pie del centro), estaba rodeado de casas destruidas y abandonadas. Parece que no se han gastado mucho dinero en adecentar la ciudad, y se nota que va para largo...
Tras esta introducción, sólo queda contar que la fiesta en Nueva Orleans era similar a las fiestas en España, sólo que con gente mucho más enloquecida, que aprovechaba el hecho de que todo estuviera abierto más tarde de las 4, muy borrachos y con mujeres dispuestas a enseñarte los pechos a cambio de un collar hortera (cuanto más cantoso era el collar, más te enseñaban). Mención especial merecieron aquellos individuos que se colocaban en las intersecciones de las calles repletas con carteles de odio a todo aquello que no fuera WASP (White Anglo Sanxon Protestant), cuyos mensajes ´nos recordaban que iríamos todos al infierno, como poco. Como era de esperar, estos personajillos eran el hazmereir de la fiesta... Por último, me queda añadir que en uno de los portales de la call estaba Hulk Hogan lanzando collares a diestro y siniestro... todo un espectáculo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Decadente... sigo con ganas de ir, pero igual espero un poco más a que llegue Obama y lo reconstruya un ratito...
biquiños guaperrimooooo!!!
Publicar un comentario