Durante esos días, pudimos hacer varias excursiones. La primera de ellas fue a visitar las ruinas de Tulúm. Es una ciudad maya justo a la orilla del mar, con unas vistas que quitan el sentido, jajaja. Hacía mucho calor y lo que más apetecía era darse un baño... pero no fue posible por falta de tiempo.
Esa misma tarde fuimos a Xel Há, una especie de parque natural temático, con muchos peces, mucha vegetación, cenotes, etc. No tengo fotos de esta excursión pq me la pasé en el agua. Las fotos que hice fueron con una cámara acuática. La siguiente excursión que hicimos fue a Chichén Itzá, una de las nuevas maravillas del mundo. El yacimiento está muy bien conservado, sobre todo la pirámide principal, además que es un conjunto muy grande. Ese dia nos moríamos de calor, pero mereció la pena.
Otro día nos fuimos a Cancún a visitar a Rafi y Fabiola, los amigos cubanos de mis padres, que habían ido a Cancún a verse con ellos. Nos pasamos todo el día en un hotel de la zona hotelera de Cancún que era impresionante, todo lujo. Además pudimos ver ganar a Nadal el premio de Wimbledon desde una sala en la que se veía todo el mar azul turquesa.


La última de las excursiones fue una multiaventura, en la que fuimos en un jeep todo terreno por caminos escabrosos, visitamos varios cenotes, y fuimos a una playa genial para hacer kayak y snorkeling.





En definitiva, el viaje fue una gozada, mucho mejor de lo que había previsto, y la verdad es que México siempre tendrá algo que me impulse a volver.